Jesús es profesor de Secundaria. Tiene 40 años y lleva 15
años ejerciendo esta profesión. Últimamente siente que cada mañana le cuesta
más esfuerzo levantarse y comenzar la jornada de trabajo. En el instituto tiene
la sensación de que los problemas -con los alumnos, con los padres y con la
organización del centro- son cada vez más y más difíciles de resolver. A
veces tiene la sensación de estar sobrepasado y de no tener suficientes
recursos para desempeñar correctamente su trabajo. Incluso siente que su
actitud hacia los alumnos está cambiando: ya no se muestra tan cercano como
antes, es más, algunas veces incluso les culpa de su malestar y tiende a
distanciarme de ellos. Jesús se pregunta porqué está empezando a sentirse
“quemado” en su profesión. No sabe qué le está pasando. Antes le encantaba su
trabajo y se implicaba mucho más. Jesús desearía saber qué hacer.
Efectivamente parece que Jesús se enfrenta a una situación
de estrés en su trabajo. Trataré de explicar cómo y porqué se puede llegar a estar
“quemado” en el trabajo con el objetivo de que Jesús y cualquier otra
persona que pueda sentirse como él analicéis y comprendáis su situación.
El proceso de estrés tiene lugar cuando las demandas del
ambiente, en este caso el ambiente laboral, superan nuestros recursos para
afrontarlas. Existe un tipo concreto de estrés laboral llamado “síndrome
de burnout” o “síndrome del profesional quemado”. Este
síndrome se describe como un estado mental persistente, negativo y relacionado
con el trabajo, en individuos “normales”, caracterizado principalmente por
agotamiento, acompañado de distrés, sensación de eficacia reducida, disminución
de la motivación y el desarrollo de actitudes disfuncionales en el trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario