Charlot trabaja en la cadena de montaje de una fábrica. La monotonía de la labor que realiza apretar tuercas durante ocho horas seguida le provoca una crisis nerviosa, por lo que pierde su trabajo y debe ser ingresado en un sanatorio. Ya repuesto, es detenido por encontrarse casualmente a la cabeza de una manifestación obrerista y es encarcelado. En prisión logra evitar la fuga de unos peligrosos delincuentes, lo que le vale ser premiado con una cómoda celda para él solo y otros privilegios. En el exterior las cosas no van nada bien para los obreros. El paro y la miseria se ceban en la clase trabajadora y las revueltas están a la orden del día. Gamine, una hermosa muchacha que sobrevive como puede en medio de tanta pobreza, pierde a su padre, obrero en paro, cuando la policía reprime con extrema dureza una manifestación obrera. Sus hermanas pequeñas son enviadas a instituciones estatales, y para evitar correr la misma suerte, Gamine huye y comienza a vagar por las calles.Mientras tanto Charlot es puesto en libertad, cosa que no le agrada demasiado porque vivía muy bien en prisión. Aunque el sheriff Couler le proporciona una carta de recomendación, no tiene suerte al buscar trabajo y decide cometer algún pequeño delito para volver a la cárcel, único lugar en el que ha sido feliz y ha llevado una vida tranquila. Cuando Gamine roba una barra de pan, Charlot dice a la policía que el ladrón es él. A partir de ese momento, el pequeño vagabundo y la golfilla vivirán una serie de divertidas peripecias mientras buscan la felicidad, que siempre parece mostrarse esquiva con los humildes.
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